martes, 13 de noviembre de 2012

CAMBIOS GLOBALES EN AMERICA LATINA Y RESTO DEL MUNDO DURANTE LOS ÚLTIMOS TREINTA Y DOS AÑOS
Ensayista: Lic. Nicolás Betancourth
Economista
Octubre 2012.

Hemos llegado casi a la mitad del siglo veintiuno y el mundo y la América Latina han sido testigos de una serie de transformaciones a nivel económico, social, político, cultural y  ambiental que han modificado de forma extraordinaria las relaciones internacionales entre los países, entre ellas, las relaciones comerciales.  Este cambio está configurando una nueva forma de producir los bienes y los servicios, la economía global está dando paso a la economía local, en tanto, la división internacional del trabajo también se está transformando y el orden económico y político se adapta a nuevas reglas que surgieron como consecuencia del encarecimiento de los productos que hasta la década anterior eran exportados desde distintas partes del mundo. 
La cuarta década del presente siglo se caracterizó por la búsqueda incesante de los seres humanos en subsistir en un mundo globalizado.  Ha mermado el interés de los productores por dominar  comercialmente a sus competidores, las relaciones comerciales entre los países se han deteriorado debido a que los precios de los productos se han incrementado por la dependencia que tienen la industria y el transporte en el uso del petróleo y sus derivados. A pesar de ello, América Latina continúa siendo el continente que provee de materia prima y mano de obra barata al resto del mundo.
Las últimas crisis energéticas producidas por la escasez de petróleo, han encarecido la producción y el transporte de los productos y cada día resulta más oneroso movilizar lo producido y llevarlo a otras partes del mundo.   Como era de esperar, esta carestía ha reducido el volumen del comercio y ha frenado la demanda de productos exportables.   Incansablemente se buscan fuentes adicionales de energía porque la producción de petróleo está dando muestras de verdadero agotamiento y las cifras de extracción de este bien son cada vez menores. 
Que ha ocurrido? Es natural el interés de los productores de ceder ante sus competidores o existen otras razones sobre las cuales no tienen el control y que les obligan a frenar la voracidad que los ha caracterizado?.  Ambas preguntas se pueden sintetizar en las palabras de economista canadiense Jeff Rubin “ Casi todo lo que hacemos está inextricablemente ligado al uso de la energía.  Y por energía entiendo petróleo. Sí, usamos gas natural y algo de carbón para generar electricidad; pero los coches, camiones, barcos y aviones funcionan con petróleo. Esto significa que la economía global funciona con petróleo, porque ésta consiste en trasladar cosas por todo el mundo.  Y la razón de que la economía global haya puesto todos los huevos en la misma cesta es que no hay otra cesta.  En estos momentos, todo ---desde el salmón que tenemos en el plato hasta el modelo entero de una economía global-­-- depende de que el petróleo siga fluyendo”.[1]
Además, no es tan complicado entender que cuando sube el precio del petróleo, sube el precio de la gasolina; si sube la gasolina sube el precio de la ropa, de los alimentos, de la maquinaria y el equipo o el precio de cualquier otra cosa.  En consecuencia, la gente compra menos.  Y si gastamos menos; se estanca la producción.
En resumen, qué medidas se tendrán que aplicar para salir adelante y subsistir en este nuevo orden?   Parafraseando a Jeff  Rubin, se tendrá que volver a los gustos y las costumbres locales, iniciar un nuevo ciclo en el que se vuelva a producir para satisfacer las preferencias y los gustos de los clientes locales y establecer nuevamente una relación con las comunidades locales que durante algún tiempo estuvieron olvidadas.   En otras palabras, se dará un nuevo impulso al mercado interno de las economías nacionales.  En todo caso, el problema energético seguirá siendo un reto para los países y sus entidades productoras, pero la relación beneficio costo se determinará por la cercanía de los mercados.
Durante los primeros treinta años del siglo XXI, se ha observado el fenómeno ya conocido del dominio del mercado de productos y el de la finanzas, traducido en el deseo de las compañías transnacionales de dominar el mundo en todos ámbitos posibles.  Para ello, han hecho uso de sus recursos financieros, de la información y de la tecnología, incluyendo la tecnología militar.  Estos tres factores han sido determinantes en la configuración de las relaciones entre personas y países durante esta parte de la historia. Además, está época se caracterizó por la expansión de la tecnología de las comunicaciones en los países desarrollados.
En América Latina se incrementaron las exportaciones de productos no tradicionales, especialmente los alimentos han experimentado un notable incremento de la demanda. Esta sustitución de la siembra de productos no tradicionales por los tradicionales de consumo interno, ha tenido un efecto en el  comportamiento de las preferencias, las costumbres y en el desarrollo económico y social de las comunidades.


[1] Jeff Rubin. Porqué el mundo está a punto de hacerse mucho más pequeño. (1ª. Edición; España: Ediciones Urano, S.A., 2009), p. 15