martes, 24 de febrero de 2009

EFECTOS OBSERVADOS POR LA PRIVATIZACIÓN DE DOS EMPRESAS DEL GOBIERNO

Ensayista: Lic. Nicolás Betancourth
Guatemala enero de 2009.

Cuales fueron las motivaciones del gobierno de Álvaro Arzú para privatizar algunas empresas que siempre fueron rentables para el gobierno de nuestro país, cuál fue la verdadera motivación?. Será que efectivamente se deseaba mejorar los servicios que prestaban, o será que representaban un alto costo de funcionamiento dentro del presupuesto nacional, o eran tan ineficientes como se dijo muchas veces?, o estas empresas pagaban tan buenos sueldos y distribuían tan bien sus ganancias entre los empleados, que constituían un “mal ejemplo” para las otras empresas estatales aún existentes, y no convenía a los intereses de los empresarios recién “ascendidos” al poder público?, o mas bien porque los funcionarios de turno vieron en las mal administradas empresas estatales un buen negocio y una oportunidad para hacerse de jugosas ganancias.?...

Mucho se escribió acerca de la conveniencia o no de privatizar los bienes propiedad del Estado guatemalteco, algunos han escrito a favor de la privatización y han exagerado sus ventajas, otros han criticado éste procedimiento y han aseverado que es un mal negocio para el gobierno. Quién tiene la razón?, eso depende de la perspectiva y de los intereses con que se vea y convengan. En fin, el objetivo de estas notas es destacar los beneficios o la falta de ellos, a favor de los trabajadores y de los usuarios.

Algunos guatemaltecos han olvidado este asunto, otros nunca podrán hacerlo, pues a la fecha siguen siendo víctimas de esta decisión tan absurda. Vender algo que no me pertenece, aprovechándome de la autoridad que no me pertenece, sino que me fue delegada para que administre eficientemente lo que no funciona, es un acto estúpido e inmoral. O vendería usted un bien de una casa que le fue prestada, y que no le pertenece?.

Mucho se dijo acerca de los beneficios de la privatización de GUATEL y de la EMPRESA ELECTRICA DE GUATEMALA, los funcionarios de turno hicieron hasta la imposible (ilegal) para deshacerse de las acciones y propiedades de tan bondadosas empresas. La realidad es observable hasta el día de hoy. La tan publicitada necesidad de vender las empresas estatales “para mejorar su desempeño” ha concluido en el encarecimiento de éstos y otros servicios y productos.

Hace algunos días observé un camión de la empresa eléctrica, vi a los técnicos electricistas instalando unas líneas de cable, que según ellos me dijeron, era una extensión para llevar energía a una colonia de escasos recursos. Le pregunté a uno de los técnicos si estaban mejor o peor que antes de la venta de la empresa, me contestó con mucha cólera y con palabras soeces que estaban muy mal. Y me recordó lo que la historia oficial comenta acerca del engaño hecho por los españoles durante el tiempo de la conquista, cuando a cambio de oro, los conquistados recibían espejos. Valga la analogía, debido a que la mayor parte de las acciones de la empresa eléctrica son propiedad de españoles, específicamente de Unión FENOSA, así se llama la empresa que compró la mayor parte de las acciones de esa empresa, y que a la fecha sigue en un estira y encoge con la Comisión Nacional de Electricidad, para lograr el incremento (aún mas) de los precios por el servicio eléctrico.

En párrafos anteriores se hizo mención de que algunos guatemaltecos no podrán olvidar este asunto de la privatización de las empresas, iniciando con los cientos de empleados que fueron despedidos; y sus familias. Actualmente, muchos de los que antes fueron empleados de esta pujante empresa trabajan subcontratados, hacen trabajos para la Empresa Eléctrica, pero tienen que utilizar sus equipos, vehículos y herramientas, a cambio de un pago que es fijado por los directivos de la empresa. Que sucederá cuando haya necesidad de un cambio en los bienes que ya se mencionó y que les sirven para realizar las tareas contratadas, tomando en consideración que el personal contratado no tiene la capacidad, ni la posibilidad de negociar el precio por la venta de su fuerza de trabajo y por el costo de reposición de su equipo. Como es natural, al ser un contrato, la empresa no está obligada al pago de prestaciones laborales. Terrible condición para los trabajadores de un país con tantas necesidades.

Y que decir de los consumidores, a quienes los abusivos incrementos en el precio de estos servicios los dejan, como se dice en buen chapín; tronándose los dedos. A propósito, cabe otra interrogante, donde está el beneficio para la población guatemalteca, que se supone fue la propietaria de ésta empresa ?.

De igual manera, la venta de GUATEL también tiene sus consecuencias. Ciertamente, la oferta de teléfonos y medios de comunicación mejoró, eso no se discute, y puede catalogarse como algo positivo, a pesar de ello, no debe ignorarse el hecho de que los precios por estos servicios son bastante onerosos para las posibilidades de la mayoría de los guatemaltecos.

Agreguemos a este hecho que con los contratos telefónicos, el uso de tarjetas prepago o recargas como se le llama actualmente, el usuario sale perdiendo debido a que se le urge a gastar en un número determinado de días. Da coraje saber que si se decide no consumir el tiempo de uso que ya se pagó, se corre el riesgo de que la empresa se tome el derecho de quedarse (robar) con ese tiempo, o retener su uso hasta que se ingrese una nueva tarjeta o recarga, con el pretexto de que no se utilizó en el tiempo que la empresa fijó. Será correcto este tipo de negocios, conviene al consumidor, o se constituye en una de las más claras desventajas de privatizar a favor de empresas voraces. Usted que cree?

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